lunes, 28 de septiembre de 2009

Las playas de Calahonda

Calahonda, es un creciente anejo situado a trece kilómetros de Motril. El más lejano. Su litoral tiene una longitud de 1.375 metros por 55 metros de anchura, la arena es gruesa y sus aguas ideales para la práctica de deportes acuáticos como el submarinismo..El nombre de la playa de este pueblecito marinero rodeado de urbanizaciones, hace honor al gran escalón que los bañistas encuentran al rozar el mar. Sólo hace falta colocarse en la orilla y andar a penas un metro hacia adentro para que el agua llegue a la altura de la cintura. De ahí lo de ´Cala-honda´, un pequeño y creciente municipio que al final de la temporada estival, con la égida de los turistas, se convierte en un lugar tranquilo. El turista puede ver como cada amanecer acuden las cabras salvajes desde la montaña. Pero sin duda, la mejor hora es la del mediodía. Una vez refrescados en la playa, los bares y chiringuitos nos obsequian con un plato de migas con ´pescaíto'. Sea en verano o en invierno no debe faltar una cerveza bien fría o un vino de la costa. Calahonda es una bahía tranquila, donde acuden las familias, muchas de ellas en barquitos.El agua, normalmente más limpia que en el resto de las playas motrileñas, suele ser cristalina, aunque su temperatura, excepto los días siguientes a un fuerte levante, tiene fama de ser bastante fría. Al atardecer, se puede disfrutar de la brisa de la costa. Nos preparamos para la cena. Hay restaurantes y pizzerias variadas. Cuando cae el sol, en la zona de ´El Farillo´, donde Calahonda y ´La Perla´ se unen, la quietud de la bahía se transforma en un ´sarao´ playero. Los jóvenes caleños y los turistas instalan allí su particular botellódromo, un lugar de lo más acogedor para beber copas a la luz de la luna mientras escuchan romper las olas del mar y esperan la salida del sol. Ya es hora de volver a casa.

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